La sucesión de Abdesslam Yassin abre la puerta a la radicalización

Fuente: lainformacion

El carismático líder del movimiento islamista marroquí "Justicia y Espiritualidad", Abdesslam Yassin, ha fallecido en Rabat a los 84 años. En los medios políticos marroquíes se especula sobre las posibles disidencias internas que puede suscitar la carrera a la sucesión del jeque Yassin.


Hacía varios meses que el líder espiritual del sufismo marroquí se encontraba muy enfermo y los rumores eran incesantes sobre su muerte inminente. Esta vez el portal oficial de “Justicia y Espiritualidad” ha hecho el anuncio: nacido en 1928, Abdesslam Yassin ha muerto a los 84 años en Rabat.
Abdesslam Yassin era uno de los miembros más respetados de la cofradía islámica Buchichiya, de fundamento sufí, y muy popular en el nordeste de Marruecos, de donde era originario el líder espiritual. Docente de profesión, Yassin se dedicó desde los años 80 a profundizar el pensamiento religioso, y creó en 1987 la asociación “Justicia y Espiritualidad”, que predica un Islam rigoroso en el plano del culto y el ritual, pero populista en la interpretación de la doctrina.
Su primera aparición en la escena política pública en Marruecos la constituyó la publicación de un panfleto dirigido al rey Hassan II titulado “El Islam o el diluvio” en el que el jeque conminaba al soberano alauita a purificar sus costumbres un tanto escandalosas y volver al redil del Islam piadoso. La reacción del Palacio fue inmediata: asignar a Abdesslam Yassin a residencia; pena que le fue suprimida poco después de la llegada al trono de Mohamed VI en 1999.
Sin embargo el líder de “Justicia y Espiritualidad” siguió predicando entre sus adeptos un discurso muy crítico con la monarquía y las instituciones del país. El 20 de Febrero de 2011, su movimiento se unió a la contestación popular derivada de la “primavera árabe” y que se constituyó en Marruecos con las siglas de “Movimiento 20 de Febrero”. Desde su nacimiento hasta ahora, la Asociación del jeque Yassin se ha mantenido fiel a su oposición al imamato del Emir de los Creyentes que hace del rey de Marruecos la suprema autoridad religiosa del país.
Sus seguidores conforman el movimiento islamista más potente y disciplinado: Justicia y Espiritualidad. Según fuentes del ministerio del Interior marroquí se calcula que el número de sus adherentes se sitúa en torno a los 100 mil, además de otros 25 mil simpatizantes. La Asociación que presidía hasta ayer el jeque Yassin se alimentaba del descontento popular generado por la interminable crisis socio-económica que vive Marruecos desde hace decenios, las abismales disparidades sociales entre la gran mayoría de la población y la minoría de los potentados, la corrupción galopante en todos los niveles de la Administración y, últimamente, el auge del islamismo en todo el mundo árabe y en el Magreb en particular.
El portal oficial de la Asociación islamista, ilegal pero tolerada por las Autoridades de Rabat, ha anunciado que el jeque Mohamed Abadi, el miembro de mayor edad del Consejo de Orientación del movimiento, es el sucesor provisional de Abdesslam Yassin durante un periodo de dos meses. Al término del mismo el Consejo se reunirá para elegir el nuevo líder de la formación.
En los medios políticos marroquíes se especula sobre las posibles disidencias internas que puede suscitar la carrera a la sucesión del jeque Yassin. Su hija Nadia Yassin, que durante años se ha mostrado como “la cara dialogante y amable” de la Asociación, no parece tener muchas posibilidades de suceder a su padre. Otros líderes más radicales podrán emerger de las sombras, como Abdalá Chibani o Fathallah Arsalan, que era hasta este momento el portavoz oficial del movimiento. En el seno de la Asociación se han abierto ásperos debates desde hace meses sobre “el Estado civil”, sobre “la separación de poderes”, sobre “la aplicación de la Chariaa” y sobre “los derechos civiles de los ciudadanos y de la sociedad”. Según algunos analistas de la nebulosa islamista marroquí, en “Justicia y Espiritualidad” se barajan diferentes modelos de sociedad, que va desde la existente en Turquía, hasta las emergentes en Egipto y Túnez, pasando por algunos países del Golfo o de Asia central.
El movimiento de Yassin ha conseguido en los últimos años una implantación importante en el seno de la emigración marroquí en Europa, particularmente en España, Francia, Bélgica y los Países Bajos. Muchas de las asociaciones de la sociedad civil que en el pasado fueron monopolio de los grupos de izquierda, así como las más importantes asociaciones religiosas musulmanas han ido cayendo una tras otra en manos de los seguidores de Yassin.

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