Viejos chacales con los mismos trajes

Cuando por fin el Estado decide desbloquear la injusticia que se vive en la CIE por los intereses de sus líderes, éstos se ponen de acuerdo para dar un nuevo portazo en la cara de los musulmanes

 

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Fuente: webislam.com


Parece que nada más comenzar el año nuestro querido camarote de los hermanos Marx se ha tenido que hacer a la mar, a un mar de inmensa perplejidad, provocada por  la respuesta de rechazo, por primera vez conjunta, de las dos federaciones islámicas que hasta hoy y parece que para muchos años, forman la ya museística Comisión Islámica de España. ¿Y para qué se han reunido? Pues para dar respuesta negativa a las solicitudes de un sinfín de comunidades islámicas y federaciones nacionales y autonómicas al amparo del Real Decreto aprobado en el inicio de mes de diciembre, para acceder a la CIE, que fue creada en 1992 y bloqueada hasta la fecha.
Los, hasta hace pocas semanas, irreconciliables Tatary (secretario general por la UCIDE), y Muhammed Ali (por la FEERI), tienen por fin a bien reunirse, pero no para acordar aspectos de la educación en la escuela pública, ni para hablar del patrimonio andalusí, ni de los matrimonios religiosos islámicos, ni de la falta de suelo para los enterramientos, ni para las mil y una vulneraciones de la Ley de los Acuerdos de Cooperación por parte del Estado desde hace ya veinte años –si, veinte-, ni para combatir la creciente islamofobia, sino, señores y señoras, para algo mucho más importante, impedir la entrada de la mayor parte de la realidad asociativa islámica de nuestro país, legalmente registrada y reconocida.
Y, ¿qué alegan estos ilustres señores para rechazar las solicitudes? Pues que no se han hecho con arreglo a derecho. ¿Qué derecho?, ¿el de no contestar a nadie en 20 años?, ¿el de haber trabajado por sus intereses particulares y/o de otros estados, en lugar de velar por los derechos de los musulmanes españoles? Cuando digo españoles, no solo me refiero a los nacidos aquí, y a los conversos, sino al más de millón y medio que hoy vivimos en esta sociedad, que trabajamos, que cotizamos a la Seguridad Social y que, según las encuestas del Ministerio del Interior, vivimos con un alto grado de integración (en el caso de los inmigrantes),  compartiendo los valores de esta sociedad, e intentando la mejor de las convivencias desde la pluralidad de la práctica religiosa.
Cuando por fin el Estado decide desbloquear la injusta situación que se vive en la CIE por los intereses particulares de sus líderes, éstos se reúnen y se ponen de acuerdo para dar un nuevo portazo en la cara de los musulmanes, diría que casi riéndose en nuestra cara, de los mil y un intento por parte de muchas federaciones de encontrar un camino de consenso para democratizar de una vez por todas esa institución.
Pero en este teatro burlesco del poder, para nada, nuestro particular Richelieu lo encarna el Sr. Tatary, siempre en la sombra, siempre al amparo del poder, siempre camaleónico; aunque esta vez, ha sobrepasado los límites, y sus oscuras jugadas han quedado al descubierto, dejando clara su escasa honestidad y descubriendo su auténtica personalidad.
En el proceso de constitución de un organismo alternativo a la CIE, ha llegado a ser miembro del Consejo Islámico Español, dejando ahora en la cuneta a todos los compañeros de camino de los últimos tres años, para hacer un pacto “contra natura” con su principal oponente, la FEERI, con el único fin de mantener su hegemonía, ya que esta peligraba seriamente con la incorporación de las nuevas federaciones y asociaciones.
Para algunos, esto ha sido una sorpresa, pero para otros era el guión previsible
Tatary ha dilatado hasta el infinito las negociaciones con el Consejo Islámico Español, sin duda a la espera de la llegada de un gobierno que considera más favorable para sus intereses. No podemos olvidar que en la última legislatura del presidente Aznar, le fue concedida la Medalla al Mérito del Trabajo, aunque nadie sabe exactamente de qué trabaja, y el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, actuó de forma clara inscribiendo en su federación todas aquellas comunidades islámicas que no manifestaban en su solicitud una preferencia concreta, por lo que sin demasiados esfuerzos, se situó a la cabeza del Islam asociado en cuanto a número de entidades.
En este camarote hemos comentado los múltiples casos de comunidades que descubrían su adscripción a la UCIDE cuando alcanzaban conciencia clara de dónde querían estar federados, y entonces era tarde, pues Tatary tenía que aceptarles la baja por escrito, y parece que lo de escribir no es lo suyo, a no ser para rechazar el primer atisbo de democracia en el asociacionismo islámico. También hemos visto como ha creado comunidades con una clausula final, en la que si la comunidad se quería disolver, todos los bienes de la misma, pasaban a manos del Sr. Tatary o de su Federación.
Existe constancia escrita de que en los 16 años en los que la FEERI estuvo gobernada por líderes de Junta Islámica, Tatary jamás respondió, ni se personó en ninguna de las convocatorias de la Comisión Permanente de la CIE, bloqueando de forma permanente cualquier tipo de iniciativa para el desarrollo del Acuerdo de Cooperación en cualquiera de sus 14 artículos.
¿Es todo esto una casualidad? ¿Cómo es posible que en la España de la democracia se haya consentido todo este sinsentido? 
Se nos han cansado los oídos de escuchar que el Estado no puede intervenir en asuntos internos de la comunidad musulmana, pero si se vulneran derechos fundamentales, como el de asociación, reunión, etc., ¿por qué no se ha actuado de oficio a través de la Fiscalía del Estado? Pues es fácil, porque al Estado no le ha interesado lo más mínimo el desarrollo de los Acuerdos de Cooperación. En el caso de los anteriores gobiernos del PP, por clara diferencia ideológica, dada su adscripción mayoritaria a las tesis de una Europa solo católica, y los del PSOE, tan laicos ellos, porque para darles beneficios, ya tenemos bastante con la Iglesia Católica, y sobre todo, por la carencia total y absoluta de una reflexión a fondo sobre los beneficios sociales de la pluralidad, en todas y cada una de sus acepciones: religiosa, étnica, cultural, económica, etc.
La otra cabeza del tótem, la FEERI, con Muhammad Ali al frente, hombre de confianza del Rey de Marruecos y claro partidario de la pertenencia de Ceuta y Melilla al Estado Alauita, también parece que acaba por interesar a nuestro Estado, pues ratifica esa visión de un Islam exógeno, propio de la inmigración procedente de países cercanos de mayoría musulmana, centrado en satisfacer los intereses de esos países con respecto a sus ciudadanos expatriados, bien controlados por los imames a sueldo, con resistencias a la integración en una sociedad que, supuestamente, no es la suya.
Este es el panorama que, por desgracia y como se decía al inicio, no es nuevo. Llevamos 20 años a la deriva y si los hermanos y hermanas no abren los ojos a esta triste realidad, lo será por muchos años más. Lo será para que tengan más tiempo de erradicar de nuestras raíces y, por tanto, de nuestras conciencias,  que el Islam forma parte de nosotros, de nuestra tradición, de nuestra cultura.
Quizás, haya llegado por fin el momento de los juzgados, de dejar de caer en el juego de las administraciones con sus representantes perpetuos para el Islam. De salir del juego de poderes al que se someten las religiones del Estado para pasar al de los derechos humanos. Siempre se han negado a las propuestas de elecciones libres para elegir los representantes de los musulmanes, una persona, un voto, pues están seguros que ese o esos, que ahora les interesan, no saldrían elegidos. Aquí la democracia no interesa, la libertad religiosa no interesa, la libertad en general, no interesa, y menos ahora, cuando podemos desayunarnos sin que nadie se rasgue las vestiduras, con opiniones de supuestos expertos en economía, que nos dicen que “la democracia es un lujo de ricos”.
¡Que Allah nos proteja!

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