«Egipto pide a gritos justicia y democracia»

Fuente: laverdad.es

Su embajador en España, Ayman Abdelsamie, participa en el Foro sobre Oriente Medio de la UPCT

«Positiva, controlada y pacífica». Así definió ayer el embajador de la República Árabe de Egipto en España, Ayman Abdelsamie Zaineldine, la situación de su país después de la reciente oleada de revueltas y movilizaciones que ha acabado con el régimen del presidente Hosni Mubarak, tras treinta años en el poder. Los militares ocupan el mando y son ellos los que se encargarán de dirigir el país durante la Transición, que durará seis meses.

Ayman Abdelsamie visitó Cartagena para participar en el Foro Oriente Medio, que organiza la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). En una ponencia, celebrada en el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Empresa, en el antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería (CIM), explicó brevemente la situación por la que está pasando su país, y el papel que lleva a cabo en el conflicto de Oriente Medio, entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes.

Desde que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto anunció la disolución del Parlamento, Egipto está inmerso en un profundo cambio que lo llevará a la democratización. Para conseguir ese estado, según explicó Ayman Abdelsamie a los medios de comunicación momentos antes de la ponencia, es necesario que durante los seis meses siguientes se den tres pasos muy importantes: «Cambiar el referéndum, hacer una nueva constitución y convocar elecciones para elegir al presidente y a los miembros del parlamento», dijo.

Sobre el tiempo que durará la transición a la democracia, añadió que hay ciertos partidos políticos egipcios que han pedido al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas más tiempo para llevar a cabo el proceso sin prisas y sobre seguro. «Los militares ya han avisado que no darán más tiempo. Pasados los seis meses dejarán el poder», agregó.

Cuatrocientos muertos
El pueblo egipcio, según el embajador de ese país en España, pide a gritos un gobierno democrático, justicia social y un nuevo sistema en el que los jóvenes, los mismos que han conseguido el cambio de régimen y derrocar a Mubarak, tengan dignidad.

Pero eso, en su opinión, sólo lo puede conseguir el pueblo de Egipto. «Lo más importante en este proceso es que el país debe lograr por sus propios medios la estabilidad. La comunidad internacional poco o nada puede influir», aseguró.

Confesó que son muchos los sectores que quieren aprovecharse ahora de la situación con movilizaciones, exigiendo mejoras salariales, pero aclaró que la situación está totalmente controlada. «Ahora todo está bien y sin problemas de seguridad. Sólo queda trabajar por el país», comentó el embajador. Sobre el número de muertos que hubo durante las revueltas populares, dijo que la cifra rozó los cuatrocientos.

Sobre el conflicto que vive actualmente su país vecino, Libia, no quiso hacer declaraciones pero sí dijo que se trata de una situación preocupante y deseó que se solucione cuanto antes, por el bien de los ciudadanos.

Por último, también confesó que han habido saqueos en los yacimientos arqueológicos, pero que la policía ya se ha hecho cargo de ello y lo tiene controlado.

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