“Abraham estaba dispuesto a sacrificar a su propio hijo por su verdadero amor a Dios”

Fuente: El Faro de Murcia (20/12/2007)

Según la creencia, todo se remonta a la aparición del arcángel Gabriel justo en el momento en que el profeta Abraham, estaba apunto de sacrificar a su hijo, Ismael, quien, finalmente, fue sustituito por un carnero.La Fiesta del Sacrificio del Cordero se remonta al año 620 en La Meca, concretamente al sueño que el profeta Abraham tuvo con su hijo Ismael, al que sacrificaba.

Mohamed Reda el-Qady es el secretario de la Unión de Comunidades Islámicas de Murcia (UCIDMurcia) y no se quiso perder la celebración, cuya historia nos la cuenta con detalle y precisión.

“Para entender esta gran cita musulmana”, comenta Reda el-Qady, “nos remontamos a ese sueño donde el profeta Abraham llevó a sacrificar a su hijo Ismael, Isaac para nosotros, al punto central de La Meca: la Kaaba, la “casa de Dios; realizada por ambos y cubierta por una tela borbada en oro”.

Fue en ese punto, “donde se les apareció el arcángel Gabriel con un carnero”, explica Reda el-Qady, “y viendo Dios el sacrificio que el profeta íba a realizar por su amor incondicional, éste sustituyó a su hijo por el carnero, que finalmente fu sacrificado”.

Y de ahí esta Fiesta del Sacrificio, del cordero, que tiene lugar la última noche de la peregrinación en el monte saudí de Arafat. “Es por esto por lo que, los que no podemos ir”, aclara, “sacrificamos el cordero en nuestras propias casas”. Un sacrificio que comienza con la visita a La Meca donde los peregrinos rodean la Kaaba mientras rezan “Dios te obedecemos y acudimos a tu llamada”. Un día más tarde, los peregrinos beben del agua del pozo Zamzam, “con propiedades especiales”; y ya, el tercer día, se viaja hasta Mina, un pequeño pueblo en el que el diablo está representado por columnas de piedra y a las que, simbólicamente, los peregrinos apedrean siete veces para poder espantarlo.

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